Dra. en Atención Primaria, UIC, Barcelona,
Doctor of Chiropractic, SCU, LACC, USA
BSc Human Biology, SCU, USA
La Postura del cuerpo es mucho más importante de lo que pensamos.
Por lo general, en nuestra sociedad se presta poca atención a la postura. Cuando se trata de niños, es frecuente que los padres, los profesores y los profesionales de la salud consideren que la postura es un factor poco significativo.
Los fallos posturales, tan frecuentes en los niños y también en los adultos, se suelen relacionar más con la estética que con la salud. Sin embargo sabemos que afecta tanto a la inmunidad, como al comportamiento y a la capacidad de aprendizaje.
En realidad, la ‘mala’ postura es uno de los factores causales de trastornos y enfermedades crónicas.
Por poco importante que parezca, la postura del cuerpo es fruto de unos procesos neurológicos de integración propioceptiva, sensorial y motora, muy sofisticados.
La postura erecta del cuerpo humano está continuamente desafiada por la gravedad.
Para permanecer de pie con mínimo esfuerzo y sin desperdicio energético, el cerebro debe recoger rápidamente toda la información que viaja por la médula espinal desde unos receptores situados en: las plantas de los pies, los tobillos, rodillas, caderas, en las vertebras, mandíbula y en los dientes, e integrarla con la información visual y vestibular, situada en el oído interno.
Toda esta información se dirige a un centro de equilibrio situado en la parte lateral de nuestro cerebro.
Cuando dicha información presenta sesgos, el cerebro elabora la mejor respuesta motora compensatoria, que nos permite permanecer de pie con una postura asimétrica.
La columna se tuerce. Aparece una escoliosis ‘funcional, con inclinación y rotación de varias vértebras. En términos quiroprácticos, hablamos de ‘subluxaciones vertebrales’.
Las causas más frecuentes suelen ser, viejos traumas y micro-traumas, durante la práctica de deportes asimétricos como el fútbol, el tenis, el golf o el baloncesto.
Por ejemplo, un apoyo plantar incorrecto, un viejo esguince de tobillo o una lesión de rodilla o de cadera.
Cuando la información desde los receptores de un pie o pierna es incompleta, el cerebro dará el orden de apoyar más peso en el otro pie. Se produce una basculación de la pelvis y los músculos espinales, que se insertan en las vertebras, se contraen de manera asimétrica. Las vertebras se inclinan o se giran y la columna se tuerce desde abajo hacia arriba.
Otra causa muy frecuente suele ser el déficit de información propioceptiva desde los dientes y las articulaciones temporo – mandibulares, debido a una oclusión dental incorrecta.
Suele pasar casi siempre durante el tratamiento de ortodoncia en los adolescentes.
Los aparatos hacen que los dientes se muevan poco a poco.
A lo largo de varios meses pasarán por varias posiciones y habrá una ‘mala’ oclusión transitoria.
Durante este periodo, los músculos de masticación se contraen de manera asimétrica.
Esta información de contracción asimétrica se recoge por medio del nervio craneal V, también llamado trigémino, y viaja por el mismo tracto nervioso que la información recogida desde los , piernas y vertebras.
El resultado es una contracción asimétrica de los músculos sub-occipitales y rotación o inclinación de las primeras vertebras cervicales.
En este caso la columna se tuerce y la escoliosis se forma desde arriba hacia abajo.
Durante la fase de crecimiento rápido entre los 7 y 16 años la columna es muy flexible y los ligamentos son muy laxos, sobre todo en las niñas.
El tratamiento quiropráctico de la columna ayuda corregir la escoliosis.
Un estudio retrospectivo, hecho con 14 niños, entre 7 y 16 años con escoliosis idiopática y funcional, publicado el año pasado en el ‘Journal of Pediatric, Maternal & Family Health-Chiropractic’, demostró que después de unos pocos ajustes vertebrales, hubo diminución de los ángulos de escoliosis en todos los niños. En seis de estos niños la corrección fue de 100%.
Por lo tanto, aconsejamos revisión de columna a todos los niños.
Si no corregimos la postura para recuperar el equilibrio y la alineación vertebral ideal, empezará el desgaste precoz con pinzamiento de los discos intervertebrales y dolor de espalda.
Además pueden aparecer síntomas que no se suelen relacionar con la columna y con la postura. Por ejemplo, puede aparecer: dolor abdominal, cólicos, problemas de evacuación, trastornos urinarios y hormonales, dolor premenstrual, cansancio físico y mental, baja inmunidad, déficit de atención y de concentración, baja autoestima y subsecuente disminución del rendimiento académico.
Un estudio científico publicado en la revista ‘Psychiatry Investigation’, en el mes de julio, de este verano, encontró que todos los niños diagnosticados con TDAH tenían alteración del equilibrio y concluyó que la disminución de la conectividad cerebral desde el cerebelo hasta la corteza premotora, estaba asociada con trastornos de la postura y el equilibrio. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28845172
Otro estudio de investigación publicado en la revista ‘Othopedia Traumatologia y Rehabilitación’, llevado a cabo con 144 jóvenes, demostró que mejorando la postura del cuerpo no solamente se podía prevenir el dolor de espalda, sino que también mejoraba la función. urinaria y la evacuación intestinal. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Postural+habits+of+young+adults+and+possibilities+of+modification.
La Postura del cuerpo afecta los niveles de hormonas, que influyen en el comportamiento y la inmunidad
Según demostró otro estudio original, efectuado por dos investigadoras de Columbia y de Harvard University, una correcta postura corporal aumenta la testosterona y baja el cortisol. El efecto es mejor inmunidad, más autoestima, más poder personal y más éxito académico o laboral.
Mejorando la postura del cuerpo podemos mejorar nuestra la salud física y psicológica evitando molestias digestivas o urinarias, trastornos hormonales o enfermedades como el TDHA.
Esto se debe a que la postura del cuerpo afecta la columna vertebral la cual abriga y protege la medula espinal.
La comunicación del cerebro con las células y tejidos del cuerpo: piel, músculos, articulaciones, órganos y glándulas, viaja por la médula y los nervios espinales que surgen entre las vértebras.
Cuando las vertebras pierden su correcta alineación, el espacio entre ellas disminuye, las señales nerviosas se alteran y pueden afectar la función y la inmunidad de los tejidos, órganos o glándulas.
Esto explica el porqué pueden aparecer síntomas, que aparentemente no estén relacionadas con la columna.
Si además se hallan otros factores causales como déficit de oxigenación, hidratación y nutrición celular, exceso de contaminación electromagnética y un alto nivel de estrés psicológico, aparecen enfermedades crónicas.
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