Nuestro psicólogo hace una revisión del sistema de creencias que genera nuestros pensamientos, actitud y comportamiento.
Todas las decisiones que tomamos durante la vida, se basan en este sistema de creencias, que usamos subconscientemente para construir en nuestra relación con el mundo: propio, con los otros y con nuestro entorno.
Como resultado, nos sentimos bien o mal, llenos de optimismo o ‘atrapados’ frustrados y estresados.
Numerosos estudios de investigación han demostrado que, el estrés psicológico, aumenta las hormonas de estrés adrenalina, noradrenalina, cortisol. A su turno, estas hormonas aumentan el ritmo cardiaco, el nivel de glucosa , y produce ciertas substancias, descubiertas recientemente, llamadas citoquinas, interleucinas, factor alfa de necrosis tumoral, substancia P, etc.
Dichas substancias se acumulan en el cuerpo y desencadenan una ‘inflamación baja crónica’, (del inglés ‘chronic low level inflammation’), que debilita el sistema inmunitario y puede producir síntomas como picor, caída de pelo, hinchazón trastornos digestivos, hormonales, reproductivos, de cabeza, mareos, dolor de espalda, etc.
Por lo tanto, el papel del psicólogo es revisar nuestro sistema de creencias e identificar eventuales patrones subconscientes, que generan inflamación por estrés y precipitan los síntomas.